domingo, 16 de febrero de 2014

Cartas de amor
 
Sarmiento a Aurelia Vélez Sarsfield:
Buenos Aires 1862

“Mi vida futura está basada exclusivamente sobre tu solemne promesa de amarme y pertenecerme a despecho de todo; y yo te agrego, a pesar de mi ausencia, aunque se prolongue, a pesar de la falta de cartas cuando no las escribas. Esos dos años que invocas valen por ti y te reclaman como la única esperanza y alegría en un piélago de dolores secretos que tú no conoces y de estragos causados por nuestro amor mismo. (…) El correo está franco. ¿Por qué no escribes sin intermediarios? Hazlo en adelante y abandona este tema de las quejas que dan a tus cartas un carácter desabrido, haciendo más insoportable la separación. Necesito tus cariños, tus ideas, tus sentimientos blandos para vivir. (…) Atravieso una gran crisis en mi vida. Créemelo. Padezco horriblemente, y tú envenenas heridas que deberías curar. Al partir para San Juan, te envío mil besos y te prometo eterna constancia.”

Aurelia Vélez Sarsfield a Sarmiento:

“Te amo con todas las timideces de una niña y con toda la pasión de que es capaz una mujer. Te amo como no amé nunca, como no creí que era posible amar. He aceptado tu amor porque estoy segura de merecerlo. Sólo tengo en mi vida una falta y es mi amor a ti.”
(Franco, Luis, Sarmiento entre dos fuegos, Paidós, 1968)
 
 

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