Cartas de amor
Sarmiento a
Aurelia Vélez Sarsfield:
Buenos Aires 1862
“Mi vida futura
está basada exclusivamente sobre tu solemne promesa de amarme y pertenecerme a
despecho de todo; y yo te agrego, a pesar de mi ausencia, aunque se prolongue,
a pesar de la falta de cartas cuando no las escribas. Esos dos años que invocas
valen por ti y te reclaman como la única esperanza y alegría en un piélago de
dolores secretos que tú no conoces y de estragos causados por nuestro amor
mismo. (…) El correo está franco. ¿Por qué no escribes sin intermediarios?
Hazlo en adelante y abandona este tema de las quejas que dan a tus cartas un
carácter desabrido, haciendo más insoportable la separación. Necesito tus
cariños, tus ideas, tus sentimientos blandos para vivir. (…) Atravieso una gran
crisis en mi vida. Créemelo. Padezco horriblemente, y tú envenenas heridas que
deberías curar. Al partir para San Juan, te envío mil besos y te prometo eterna
constancia.”
Aurelia Vélez Sarsfield a Sarmiento:
“Te amo con todas las timideces de una niña y con toda la
pasión de que es capaz una mujer. Te amo como no amé nunca, como no creí que
era posible amar. He aceptado tu amor porque estoy segura de merecerlo. Sólo
tengo en mi vida una falta y es mi amor a ti.”
(Franco, Luis, Sarmiento entre dos fuegos, Paidós, 1968)
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