EL CHAT DE...
(clio en el aula sigue durante la cuarentena)
Objetivo: identificar aspectos politicos, sociales y económicos de una determinada época.
Modalidad: actividad domiciliaria o en clase, de a dos o individual. La consigna dada a los estudiantes es que imaginen el chat de un determinado personaje histórico. La conversación puede ser con un personaje conocido o anónimo, a lo largo de ese chat se deben observar los principales aspectos de la época estudiada.
Ejemplo realizado por Magnolia Rodríguez, 5to. Año Naturales, Colegio Santa Teresa, 2020.
El
presente trabajo intenta recrear un intercambio
fantástico
de opiniones (vía chat) entre dos importantes personajes que ocuparon la escena
central de la política Argentina de los años veinte.
Por un
lado Hipólito Yrigoyen (1859-1933), dos veces Presidente de la Nación entre los
años 1916-1920 y 1928-1930 y por el otro Alejandro Bunge (1880-1943), nieto de
inmigrantes de
procedencia
alemana, ingeniero y economista de profesión. Una personalidad influyente en el
medio social de aquella época en tanto provenía de una familia poderosa,
propietaria de grandes
empresas
e innumerables hectáreas de tierra. Bunge
tenía
relaciones con miembros que ocupaban en aquel entonces posiciones influyentes
en la sociedad. Firme defensor de la Liga
Patriótica
Argentina criticó a Yrigoyen, más tarde
lo
decepcionó Alvear y finalmente elogió el
golpe de
Uriburu.
Este
diálogo ficticio tuvo lugar a finales de 1921.
Y: Hola
Alejandro, ¿cómo andas? hace tiempo que no hablamos.
A: Bien
Hipólito, ¿y vos? Ya sé, no me digas nada, andás con
problemas
para gobernar y me venís a pedir ayuda...¿no?
Y: Sí...
y sabes que necesito el apoyo de ustedes para hacerlo.
A: ¿Quiénes
son “ustedes”?
Y: Ustedes,
que son los grupos económicos e intelectuales más
Influyentes.
Vos sos uno de los principales y podrías
hablar e
intentar convencerlos para que me den una mano.
A: Aja,
resulta que ahora “nosotros” somos indispensables para que tu gobierno
prospere...
Y: Seguís
enojado porque gané las elecciones en forma
legítima
y con el apoyo de las clases populares, a pesar de que hicieron lo imposible
para que no ganara...
A: Vos
sabés muy bien que ganaste gracias a la Reforma Electoral que impulsó Sáenz
Peña con esa maldita Ley de 1912 del voto secreto y obligatorio. De no ser por
esa ley, nosotros los Conservadores
mantendríamos
hasta hoy el poder.
Y: No
discutamos más sobre ese tema. Te vengo a pedir ayuda, tengo muchos problemas.
Te cuento: la guerra mundial en Europa modificó todos mis planes de gobierno.
El comercio exterior, principalmente con Inglaterra y EEUU está disminuyendo,
tengo problemas de
transporte
y hay mucha oferta, todos los países tienen granos de más.
Hay una
fuerte retracción de divisas, Inglaterra ya no envía capitales,
al
contrario, se los lleva para allá, los repatría.Estás al tanto de los altos
índices de inflación y de la caída de los salarios. Esto trae como consecuencia
desocupación y huelgas generalizadas. Mirá, hasta tuve que rebajar los sueldos
de los empleados públicos!
Todo esto
aumentó mucho la tensión social. Son muchos conflictos.
A: De la
guerra no te puedo culpar, pero sí de la forma en que estás procediendo con las
huelgas. Toda la vida el gobierno estaba con nosotros, las reprimía con
violencia y ahora vos te colocaste
en
árbitro entre nosotros (los empresarios) y ellos los trabajadores.
Eso es
inadmisible. No me gusta tu nueva postura de árbitro, tenés
que sacar
a la calle a la policía y a los militares, poner orden, no sé...reprimir, como
fue siempre!
Y: No
puedo. Vos sabés que gran parte de esa clase trabajadora es la base de mi
electorado. La mayoría se afilió ala FORA, otro tanto se afilió a los nuevos
sindicatos y todos juntos son potenciales votos para mi partido, la UCR, sobre
todo en la Capital Federal.
A: Ahh y
te quería agradecer (es una ironía) lo bien que estuviste
apoyando
y hasta financiando ($) a La Liga Patriótica Argentina (LPA)
No, si
ahora resulta que la culpa de la Semana Trágica fue nuestra...
Tenés que
entender que a mis amigos no les quedó otra que actuar, vos no hacías nada, no
intervenías. ¿Cómo es que te haces llamar ahora?¿Arbitro...?. El tema es que
las exportaciones (de nuestros cereales y carnes) corrían peligro, los trenes
sin funcionar y “tus” trabajadores en huelga, todos influenciados por ideas
europeas de judíos y catalanes, marxistas y anarquistas! Y ustedes
no tuvieron mejor idea que crear la Liga Patriótica Argentina... Los otros días
comentábamos ese tema en el Jockey Club con mis amigos. Los empresarios no
somos los únicos miembros de la LPA. También están con nosotros los militares
que ahora tienen aspiraciones políticas y están cansados de ser utilizados a tu
conveniencia. Hasta la Iglesia (aunque no lo creas) brinda apoyoy algunos
radicales amigos tuyos también...
Y: No te
lo niego, sí, tomé decisiones a favor de los trabajadores, si no lo hacía se
iba todo al demonio, era insostenible, había mucha tensión social en las
calles, como te dije. Pero tampoco impulsé Instituciones para hacerlo. Solo fue
un apoyo pasajero, solamente fue para ganar la simpatía de los trabajadores. Me
podrías acusar si hubiese impulsado un Código deTrabajo, pero no lo hice.
Además tampoco ellos querían una revolución, solo un poco más de derechos.
Seamos
sinceros, vos y tus amigos son insaciables, no tienen límites.
Pero te
acepto la crítica y en las próximas huelgas, el Gobierno
junto a
tus amigos de la LPA vamos a intimidar a los huelguistas y si tenemos que
reprimirlos, lo hacemos, pero unidos.
Podríamos
empezar en la Patagonia donde actualmente
hay un
foco de huelguistas rebeldes...!
A: Mirá
Hipólito, vos sabes que te aprecio, pero el ánimo y la confianza
que les
proporcionaste a estos trabajadores es una locura!
Resulta
que ahora creen que pueden aspirar a una “movilidad social
ascendente”...jajaja! Sus padres y abuelos eran inmigrantes, trabajadoresinfatigables,
ignorantes
y ahora
ellos saben leer y escribir y tienen sed deconocimiento.
Estudian
y se interesan por cosas por las que antes
no.
Quieren libros y están al tanto de las últimas ideas provenientes de Europa. No
sé si estas enterado, que además del Domingo para descansar, nos están pidiendo
el sábado Ingles...es increíble!
Y: Ya sé
a dónde querés llegar, me vas criticar la Reforma Universitaria...¿que tenés en
contra?
A: Todo!!!
Desde siempre la Universidad fue para un grupo selecto.
Solo los
jóvenes de la elite podíamos estudiar en ella y las autoridades, los decanos
vitalicios, solían dictar cátedras conservadoras y tradicionales y no esas
nuevas corrientes de pensamiento modernas y absurdas que tanto marean las
cabezas de los estudiantes.
Haberles
dejado reformar los estatutos universitarios y darles participación fue una
irresponsabilidad detu parte.
La
Universidad es para formar profesionales, y no como ahora, que
sirve
para formar políticos con ideas disparatadas y revolucionarias!
Y: Son
“disparatadas” porque van en contra de tus intereses... o no, Alejandro?
A: Hipólito,
no sos ningún creativo, ya éste concepto de la “justicia social”, lo viene
desarrollando la Iglesia hace rato.
De todas
formas, no sé para que querés nuestra ayuda ahora
que tu
mandato está terminando. Si como indican los periódicos, Marcelo T. de Alvear
gana las próximas elecciones, seguramente él
escuchará
nuestras demandas e implementará medidas de gobierno acorde a nuestros
intereses.
Y: Bueno,
Alejandro, veo que fue inútil pedir tu ayuda y la de tus amigos.
Respecto
de Alvear, si bien es de mi partido, lo conozco
desde
hace mucho tiempo y te puedo asegurar que su plan
político
para el país no será de tu agrado. Alvear, te va a decepcionar.
Si en el
futuro tengo la oportunidad de ser de nuevo Presidente
de la
Nación voy a intentar corregir algunas cosas.
No lo
niego, sé que estoy en deuda con la sociedad.
Me faltó,
supongo, institucionalizar los conflictos para encontrarles una
solución
adecuada. Me quedaron proyectos pendientes
para
desarrollar. Uno que considero vital para el futuro de nuestra nación: La
nacionalización del petróleo. Otro, reformular las relaciones con EEUU y
restablecerlas con nuestro antiguo socio, Inglaterra.
Espero
que el contexto financiero mundial me lo permita.
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