sábado, 20 de julio de 2013

Correo Argentino

Objetivo: identificar las caracterìsticas socio-econòmicas  de una època determinada.
Modalidad: trabajo individual, en clase. Se indica a los alumnos que imaginando que pertenecen a un determinado grupo social (en una època històrica acordada por el docente) redacten una carta contando su situación socio-econòmica. Luego se intercambian las cartas, y los alumnos redactan la respuesta a la carta que les tocò en suerte.

Sr. Feudal :
                  Me decidí a escribirle por la mala situación en que nos encontramos los campesinos de su señorío. Mi  nombre es Gertrudes y tengo 16 años.
                  Creo que sabrá que estamos en una época bastante fría y que la leña que juntamos para calentar la casa no es suficiente, debemos tener abrigos que nosotros mismos hacemos con la lana de oveja.  Nuestra vida es bastante dura, vivimos en pequeñas casas de adobe o madera, en una cama dormimos más de tres personas y los colchones no son de plumas como los de Uds. sino de paja. Nos levantamos muy temprano por la mañana, cuando recién sale el sol. La comida es muy poca y mala.
                  Personalmente, tengo tres hijos, de los cuales uno está enfermo por el frío. Quiero pedirle que nos envíe mantas y abrigos. De lo contrario nos enfermaremos y no podremos trabajar, yo pienso que Ud. es una persona buena que nos va enviar lo que le pedimos. Muchas gracias.
                  Gertrudes. (realizado por María Rivero, 2do. Año, 1998)

Señor Abad :
                    Me dirijo a Ud., no siendo esta la primera vez que le escribo, para contarle lo bien que estoy viviendo, no sólo yo, también mi familia.
                    Estoy viviendo en el castillo que está al otro lado de la colina, tiene varios pisos y ventanas sin vidrios. Para calentarlo utilizamos la leña que obtienen mis campesinos en la gran foresta.
                    Aunque mañana mandaré a Bodo y su hijo Wido para que traigan más, así este invierno estaremos más cómodos. La comida es la carne de ciervo y jabalí, acompañada de vino y pan, comemos cuantas veces queremos ya que es muy abundante. Las tierras están cada vez mejor, ya que mis siervos aran y aran sin parar todos los días.
                   Usted se preguntará el porqué de mi carta, si por lo que se entera está todo en perfectas condiciones.
                    Sólo hay un pequeño inconveniente, uno de mis vasallos de mayor edad (30 años) ha fallecido y me dejó a cargo su hija de 13 años y su madre. Considero que ya es hora de que la niña se case. Tenemos al novio, falta que Ud. nos avise cuando se llevaría a cabo el casamiento. Avíseme cuando puede, pero no lo olvide que tiene que ser lo antes posible. A propósito, el prometido tiene 20 años y ella no lo conoce, todo se organizó con su madre.
                                            Oristo.                               
(realizado por Cecilia Molina Mazzaro, 2do. Año, 1998)

Estimado amigo :
                            No puedo explicar lo que pasó por mi corazón cuando ayer te vi, exhausto y casi muerto de frío luego de una larga e intensa jornada de trabajo. Sí, me dio mucha pena verte así, luego de haber hablado amistosamente varias veces contigo.
                            Sólo quiero decirte que seas muy fuerte, que perseveres con entusiasmo. En la vida te tocó ser trabajador, no lo puedes cambiar, por eso, aunque te creas desgraciado, debes disfrutar cada momento.
                            Para tu consuelo, mi vida no es mucho mejor que la tuya. Sí, tengo comida en abundancia y como parte de la Iglesia, propietario de muchas tierras. Pero eso no me hace feliz ya que vivo encerrado en una inmensa soledad, dentro de estas frías paredes, transcribiendo escritos hasta el cansancio.
                            En cambio, tú trabajas duro y comes poco, pero tienes a una esposa e hijos que te aman y te hacen feliz. No podemos cambiar el orden de la sociedad. Por eso tú te quedas ahí y yo acá.
                            Pero hazme caso hermano, ¡vive la vida !
                            Atentamente, tu señor y amigo,
                                                     Gilbert (trabajo realizado por Mariana Harstein, 2do. Año, 1998)

Respuestas :
Sr. Gertrudes :
                       Le agradezco por haberme hecho saber de la situación que atraviesa. Para que esto se acabe, ya que son muchos, deberíamos juntarnos para llegar a un acuerdo. Yo les propongo dos soluciones y ustedes decidan cuál llevar a cabo.
                       Primero les ofrezco que en estos días de tanto frío, les daré alimento y abrigo, luego de solucionar este problema veremos qué hacer con las camas tan incómodas que usted me cuenta. En segundo lugar les ofrezco que ustedes trabajen más duro y se les darán alimentos, abrigo y se intentará arreglar la casa, esto será de acuerdo con el esfuerzo de cada uno.
(trabajo realizado por Luciana Moreira, 2do. Año, 1998)

Señor Oristo :
                       He recibido tu carta y quiero decirte que el casamiento se hará cuando reciba los tributos de los campesinos, estos los recibiré la semana próxima.
                       Ahora estoy muy cansado ya que casi todos los días caso a alguien.
                       Es muy posible que dentro de diez días pueda hacerse el casamiento.
                       Gracias,
                                   el Señor Abad.
(realizado por Gastón Ortalli, 2do. Año, 1998)

Señor afortunado Gilbert :
                                        Quiero decirle que me importa un comino lo que usted piense. Yo no puedo cambiar pero usted Señor, sí puede ayudarme a cambiar. A usted no le importan mis hijos, eh ? !. Están prácticamente desnutridos por su culpa, cuando llego a casa, quiero comer y tengo que descansar. Pero ¿cuándo como ?. Lo que usted me da sólo sirve para mis hijos y mi esposa.
                                        Yo le prometí a mi hijo de cinco años que todo esto algún día iba a cambiar y parece que gracias a usted esto no va a ser así. Porque como usted dice trabajo muchísimo, y ¿cuánto tiempo tengo para mi familia ?, como mucho dos horas, o una, o ninguna, por día.
                                        Está bien, no podemos cambiar el orden de la sociedad, pero podemos intentarlo. ¡Ayúdeme ! Si sigo así, “vivo la muerte”, no la vida como usted dice.
                                        Atentamente, su servidor
                                                                               Bedo.
(realizado por Nicolás Gregoraschuk, 2do. Año, 1998)


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