Luz, càmara, acciòn!!!
Objetivo : reflejar aspectos generales de una determinada época histórica.
Modalidad:
trabajo grupal y domiciliario. Se indica a los alumnos
que redacten una historia de ficciòn (con personajes anònimos y conocidos)
donde se respeten las caracterìsticas de la època indicada.
“Aprender
a morir” realizada por Noelia Arnaboldi, Dalina Barrios, Flavia Bello, Karina
Rosa, Soledad Valdebenitez y Natalia Nallino, 2do. Año, 1994.
(Entra el rey caminando muy despacio y
apoyándose en su bastón, mientras una voz en off dice )
El rey gravemente
enfremo y próximo a morir, llama a distintas personas para pedir opiniones
sobre un tema fundamental para él.
Entra Lutero
(haciendo una corta reverencia) le dice : ¡Soy Martín Lutero, Su
Majestad !
Entra un obispo
(haciendo una gran reverencia) le dice : ¡Soy el Obispo, Su
Majestad !
Entra un burgués
(haciendo una gran reverencia) dice : Soy Francisco, represento a los
burgueses de la ciudad.
Entra un
campesino (haciendo gran reverencia) dice : Soy uno de los campesino
del reino, Su Majestad.
Entra Leonardo Da Vinci
(haciendo corta reverencia) dice : Soy Leonardo Da Vinci.
Luego de las
presentaciones, el Rey dirigiéndose a todos, les dice :
Rey : - Estoy
moribundo, ¡¿Cómo hago para salvar mi alma ? !
Obispo : - ¡Hijo
mío ! Cree en Dios y la presencia de Cristo en la eucaristía, tus buenas
obras realizadas y por realizar salvarán tu alma.
Lutero : - Su
Majestad, tenga fe en Dios. El amor de El a través de su fe lo salvará, todas
las obras buenas que haga son exigidas por Dios, pero no serán un justificativo
para salvar su alma.
Burgués : - Como
dice el Sr. obispo, sus obras lo salvarán. Está Ud. a tiempo. León X, el Papa,
concece indulgencias a todos los católicos.
Campesino : Su
Majestad, estoy de acuerdo con el Sr. Lutero. Creo que la salvación la
encontrará Ud. a través de a fe.
Lutero(dirigiéndose
al rey) - Ahí tiene Ud. un ejemplo (refiriéndose al campesino, y preguntándole)
¿Acaso yo le he convencido de opinar igual que yo ?
Campesino :
-¡No !, creo que Ud. tiene razón porque nadie de la Iglesia me ayudó ni espiritualmente
ni materialmente. Aparte creo que el perdón no se debe comprar.
Lutero : Vió, Su
Majestad. El campesino ha expresado sus sentimientos por propia voluntad, nadie
le ha obligado a decir nada.
Rey : (con cara
de sorprendido y al mismo tiempo agonizante, dirigiéndose a Lutero) Antes de
morir (tose), me gustar´ria saber una
cosa acerca de Ud.
Lutero : - Si Su
Majestad.
Rey : - ¿Cómo
hizo Ud. para lograr su cometido, para que yo diera ha lugar la Paz de Augsburgo ?
Lutero : - Yo no
hice nada. Los príncipes alemanes adoptarían mis puntos de vista, deseosos de
apoderarse de los bienes de la
Iglesia desataron una sangrienta guerra, que lo llevaron a
Ud. a adoptar esa actitud. Yo solamente creo que en la fe en Dios está la
salvación de todos.
Obispo
(dirigiéndose a Lutero) : -Yo estoy totlamente en contra suyo porque creo
que...
(El rey, de repente,
empieza a toser, interrumpiendo la discusión).
Rey : Disculpen,
pero no lo puedo evitar, es por eso que le imploro (dirigiéndose al Obispo) que
por medio de Ud., Dios purifique mi alma para poder entrar al reino de los
Cielos.
Opispo :- Su
Majestad, a través de las indulgencias Ud. podría encontrar la salvación y
además contribuiría con la construcción de la Basílica de San Pedro en
el Vaticano.
Rey : Y... con
cuanto puedo colaborar ?
Opispo :- Con lo
que pueda, supongo que Ud. puede por su condición económica.
Rey (dirigiéndose
al burgués) : -Mire señor, necesito un préstamo para pagar la indulgencia
que el Sr. Obispo me dará, mi sucesor le devolverá el dinero si yo falleciera.
Burgués (dirigiéndose
a rey) : - Su Majestad, esta noche mismo le traeré el dinero que Ud.
necesita.
Rey :- Gracias.
Leonardo Da
Vinci (dirigiéndose al rey, se rie, medio burlándose) :- Veo que la
muerte hace que las personas cambien, aunque sea por un momento.
Rey : - ¿Por qué
lo dice, Sr. Da Vinci ?
Da Vinci : - Su
Majestad, noto que Ud. está muy amable con sus súbditos, a pesar de los
consejos de Maquiavelo.
Rey : -Sr. Da
Vinci, su respuesta es insolente (el rey visiblemente molesto).
Campesino : -Su
Majestad, con todo respeto, yo no estoy de acuerdo con pagos para recibir el
perdón de Dios.
Lutero : -Me
parece que no se debe comprar el perdón. Dios se lo debe dar pero sin ningún
tipo de interés económico, estoy totalmente en desacuerdo con las doctrinas
planteadas.
Rey :- Sin
embargo, Sr. Lutero, gracias a su doctrina ha logrado que masas de campesinos
se subleven.
Lutero : - No
estoy de acuerdo, Su Majestad, Ud. sabe muy bien que tal sublevación fue
castigada, que yo nunca estuve de acuerdo con las exigencias de los campesinos.
Campesino (dirigiéndose
al rey, y levantando visiblemente la voz) : -Nosotros lo único que
pretendemos es la igualdad social y económica entre todos los creyentes.
Rey (con voz
abrupta) : -Lo que Uds. quisieran o quieren no me importa, además, ¿cómo
se les ocurre pretender un pago por sus trabajos, más aún (lo dice casi
gritando), no pagar impuestos ? !
Da Vinci : - Su
Majestad, creo que ni las necesidades de la Iglesia , ni las de Ud. son más importantes que las
necesidades del hombre mísmo.
Rey : -¡Sr. Da
Vinci, sus intervenciones son irrespetuosas y ofensivas !
Da Vinci : - Su
Majestad, disculpe Ud. mis palabras, pero yo creo que el hombre y su destino,
todas mis obras han sido pensadas y ejecutadas para su bienestar, me alejé del
Vaticano por no coincidir con León X, pero tampoco estoy de acuerdo con su
trato a los campesinos ni la manera que intenta salvar su alma.
Rey : -Acepto
pero no comparto sus palabras, y respetando su genio que considero un don de
Dios, le pido a Ud. que me responda entonces a la pregunta que todos menos Ud.
me respondieron ¡¿Cómo salvo mi alma ? !
Da Vinci : -Su
Majestad, acepte Ud. su realidad, me enorgullece que Ud. se decidiera a
escuchar la opinión de sus súbditos, pero mejore Ud. sus condiciones de vida y
atienda a sus necesidades, de esa forma yo no sé si salvará Ud. su alma, pero
sí le puedo asegurar que Ud. morirá con una gran paz espiritual.
Rey (se levanta
medio tambaleante y dirigiéndose primero al campesino) :- ¡Tú, sois condenado
a la muerte en la horca por actos de sublevación. (se dirige luego a Lutero).-
Tú, Martín Lutero, os doy veinticuatro horas para abandonar mi reino, caso
contrario seréis encarcelado. (se dirige al burgués) :- ¡Tú burgués,
siendo mi amigo y banquero seguirás a mi... (se queda sin voz y cae al suelo).
(Se miran todos y el
obispo se arrodilla y examina al rey, y dirigiéndose a todos les
dice ) :- Señores, ha muerto el rey.
(Todos se van
retirando, conversando entre ellos, menos el obispo que le está rezando al rey
y Da Vinci que, mirándodolos pensativamente, dice ) :- ¡El creía que
aprendía a vivir, pero era a morir lo que estaba aprendiendo !.
Otro ejemplo:
La trascendencia de David” por Victoria Morris
Acquarone y Andrea Errobidart, 2do. Año, 1997.
Había una vez un hombre llamado David, que
buscaba poder expresarse en lo que más le gustaba : la pintura. Pero tenía
un grave problema, el de la mayoría de los pintores : el del dinero. Un
día, cuando estaba pintando con los últimos óleos que le quedaban, en una
plaza, una mujer que pasaba por allí se quedó observándolo impactada. Apenas
David hizo una pausa en su trabajo, la mujer se le acercó y le preguntó si él
trabajaba para alguna familia importante. El, obviamente, le respondió que no.
Al escuchar esta palabra negativa, le sugirió trabajar para su familia, la
familia Médici, y él, encantado, le aceptó su propuesta.
Más tarde, David ya estaba instalado en una de
las habitaciones del castillo. Un mes después, uno de los integrantes de la
familia regresó al castillo de un viaje de negocios y no estuvo de acuerdo con
dejar a ese artista cualquiera en su hogar, ya que no le gustaron sus cuadros.
Decidieron echarlo. David volvió a su máxima pobreza. Pasó un largo tiempo
hasta que una familia, no tan prestigiosa como los Médici, lo protegió y ayudó
para que siguiera pintando. Pasaron unos cuantos años y esta familia
seguía apoyándolo, hasta que sus
pinturas llegaron a verse por el rey ; a éste le gustaron sus trabajos. Un
día, el rey lo mandó a llamar para que hiciera una obra para él. David acudió
inmediatamente.
El soberano le dió instrucciones para una
pintura. David se sintió halagado e inspirado, ya estaba empezando a ser
prestigioso y famoso entre los demás pintores. Las instrucciones para la pintura
eran :
1) La
cabeza del rey poderoso debería estar en el centro principal.
2) El
clero y los nobles deberían estar más abajo del rey y tenían que ser más
pequeños.
3) Por
último, los burgueses, el campesinado y el resto del reinado, en la parte
inferior de la pintura, como lo indicaba su estamento.
David tardó cinco años en realizarla, era
espectacular. El rey quedó impactado por su belleza y por ello lo declaró a
David como el pintor real más importante.
La familia Médici quedó petrificada, ya que no
podían creer que una familia de más bajo nivel que ellos haya podido ayudar a
ese artista cualquiera.
David vivió el resto de su vida con lujos y
dinero, pero dejó abandonada a la familia que lo ayudó y en su vejez, antes de
morir les escribió una pequeña carta, ésta decía así :
Querida familia :
He visto la pobreza y la he sentido entre
campesinos y artesanos. He visto la riqueza y la he sentido entre nobles y
soberanos. Los he abandonado y me siento apenado. Les agradezco su ayuda y me
despido. Perdón. David.
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