viernes, 23 de agosto de 2013

Mano a mano II

Otro ejemplo, realizado por Lucila Lorenzo y Rocío Dovalo, 5to. H, 2013, Colegio Santa Teresa.

Nos encontramos en 1974, en Argentina,  junto a nuestro General  el Presidente Juan Domingo Perón,  que está en sus últimos momentos de vida. Está recostado en una habitación de su casa junto a sus familiares, cuando recibe la inesperada visita de John William Cooke. (1)
- John: -  Buenas tardes General ¿Cómo se encuentra?
-  Perón: - Buenas tardes John. Lamentablemente no estoy en mis mejores días.
-  John: - Espero que no sea un mal momento para conversar de ciertos temas con usted.
-  Perón: - No hay problema John. (Dirigiéndose a las personas  que se encontraban en la habitación con él) ¿Nos podrían dejar a solas un momento? ( La gente se retira silenciosamente)
-  John: - Primero que nada quería disculparme por estas molestias que le estoy ocasionando.
-  Perón: - No hay cuidado, por favor, siéntese.
-  John: (Toma una silla y se sienta junto a Perón) – Como usted ya sabe yo estoy a favor de las decisiones y medidas que tomó para llevar adelante al país. Siempre me pareció muy inteligente de su parte la forma en que analizó la sociedad y puso  la atención en las clases obreras.
-  Perón: - Mi querido John,  luego de haber presenciado guerras y conflictos resultaba evidente que las clases obreras eran quienes no solo veían sus intereses perjudicados sino también que por ello producían enfrentamientos. Estos enfrentamientos,  sin esas clase controladas y satisfechas, tenían altas posibilidades de desembocar en el temor de muchos países: La Revolución tal como había ocurrido en Rusia en 1917.
-  John: - Disculpe General Perón,  pero a mi entendimiento,  más allá de que el interés dirigido a estas clases fuese impulsado por la incertidumbre y el temor de una revolución, me parece muy importante resaltar la forma en que lo llevó a cabo a partir de lo que hoy conocemos como Justicia Social.
-  Perón: - Estás totalmente en lo cierto John,  pero me gustaría aclarar mejor este punto, ya que en mi opinión no debemos ver sólo a la Justicia Social, sino  alcanzar  una democracia real,  a través de la unión de la justicia social y la democracia formal, bajo la que siempre gobernaron y propusieron nuestros adversarios. Esta unión fue la más relevante para llevar adelante nuestro proyecto. Todo peronista buscará no sólo un país democrático políticamente sino también un país democrático socialmente.  En relación a ese último es que surge la Justicia Social, es decir, la búsqueda de la reducción de las desigualdades sociales apuntando al beneficio de los trabajadores.
-  John: - Otro aspecto muy interesante para conversar está relacionado con la democratización de masas. A mi entender es un concepto muy abarcativo en el cual la población, las “masas”, son vistas como un todo y no individualmente. Estas masas necesariamente deben moldearse  y la única forma de lograrlo es a través de la implementación de una doctrina. Me gustaría que me amplíe las formas en que lo logró.
-  Perón: - John, la doctrina a la que estás haciendo referencia es el movimiento Peronista que a partir de la Constitución de 1949 quedó oficialmente consolidada como doctrina Nacional.  A raíz de este hecho comenzamos con una peronización más profunda en todos  espacios de la sociedad. Logramos divulgarla masivamente a través de la utilización sistemática de los medios de comunicación y de la modificación e incorporación de diversos materiales en las escuelas.  Asi  logramos inculcar la doctrina en las masas.
-  John: - Si no me equivoco,  un parte esencial de la doctrina peronista como Doctrina Nacional, también fue la organización verticalista que adoptó el partido. Ésta, en mi opinión, fue extraída de su experiencia dentro de la milicia. Según tengo entendido la mísma consiste en que el que se encuentra en la posición de mayor poder y jerarquía es quien  establece las órdenes y los demás sin objeción deben obedecerlas y ejecutarlas. Así es como se inculca la obediencia. ¿No es cierto?
-  Perón: - No es sólo eso John, sino que la persona que se encuentra en la posición más elevada fue elegida por el grupo de personas a la que dirigirá y por lo tanto decidirá lo mejor para ellos. Es por esto que el Presidente, los gobernadores y los intendentes pasan a ser cabezas de los respectivos partidos peronistas en cada nivel.
- John: - También quería comentarle que me parecieron perfectas las reducciones que realizó durante su segundo gobierno, ya que de esta manera se lograría equilibrar al país después de haber realizado un gobierno enteró para beneficiar a la clase obrera. Sin embargo, debo decir que me encuentro totalmente en contra de la firma que usted realizó con la empresa estadounidense  Standard Oil para que la misma explotara petróleo de nuestro suelo Argentino. Esta medida es una total negación y contradicción con la Independencia Económica lograda el 9 de Julio de 1947, que comenzó con la nacionalización de los ferrocarriles que usted tanto incentivaba y que los peronistas y Argentinos tanto festejamos y nos enorgullecimos.
-  Perón: - John, yo sé que esta medida ocasionó múltiples debates y problemáticas durante mi segundo gobierno pero el país necesitaba durante esos tiempos la entrada de capitales extranjeros. Asimismo, para este momento nuestras relaciones con Estados Unidos habían mejorado moderadamente y la empresa californiana Standard Oil ofreció un contrato que era difícil de rechazar. De todas formas este contrato no deshace la independencia económica ni nacionalizaciones ya obtenidas.
-  John: - A pesar de todo esto,  yo desearía felicitarlo por sus dos grandiosos y excelentes gobiernos que permitieron el avance de la Argentina. Nunca olvidaré aquel 17 de Octubre de 1945 donde los obreros mostraron la confianza y fidelidad con la que lo apoyarían en el futuro, a la cual usted respondió con su primer discurso motivador desde los balcones de la casa de gobierno.
-  Perón: - Nunca olvidaré ese día, ya que no sólo el poder del pueblo me liberó sino también se liberó a sí mismo ganando a través de esa movilización su identidad y ciudadanía política.
-  John: - Muchas Gracias por su tiempo,  lamento haberlo molestado en estos momentos.
- Perón: - Fue un placer atenderlo. Un peronista siempre tiene tiempo para un compatriota.

(Se despiden cordialmente. Esa noche el General Perón pasará al recuerdo de sus “descamisados”)

(1) John William Cooke fue un diputado peronista y el  primer delegado personal de Perón en su exilio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario